sábado, 20 de octubre de 2012

Diciembre 2

Preocupaciones

Despierto pero esta vez sin ganas de otro día, sabía que algo andaba pésimamente mal, no sólo porque desperté y noté que Ian ya no estaba a mi lado, sino que me entró un mal presentimiento. 

Decidí ir a ducharme. Al finalizar de bañarme me cambie y me puse un short de mezclilla y una blusa de las Tortugas Ninjas. Bajé lentamente las escaleras de mi casa mientras intentaba recordar todo lo que paso anoche, de pronto caminé hacia la cocina y noté que había una nota en el comedor junto con mi desayuno favorito; hot cakes con tocino a lado. La nota decía lo siguiente. 

Buenos días Grace, desayuna rápido antes de que llegues tarde a tu entrevista de trabajo, no quise despertarte. 

 -con amor Ian 

En efecto sólo tenía 1 hora para prepararme así que desayuné lo más rápido que pude, me cambié por algo más formal y presentable para mi entrevista; cogí mis llaves, subí a mi auto, lo encendí y me fui directo al lugar donde sería entrevistada, parecía que volaba mientras conducía, finalmente llegué a mi destino, pero para mi sorpresa ya había alguien más ahí ocupando mi lugar o eso creí… así que decidí irme de aquel refugio de animales.
No sabía realmente hacia donde iba, sólo estaba conduciendo sin rumbo alguno, en busca de algo nuevo, algo que cambiara mi vida, si yo sé… no tenía ni una idea de hacia donde quería ir, terminé yendo a casa. 
Una vez más me encontraba en mi habitación sola, sentada viendo a través de mi ventana. Tantos pensamientos que pasaban flotando lentamente dentro de mi cabeza. 
De alguna forma u otra estaba cansada de mi vida, me sentía en medio de las cosas. Ni idea de por qué mis amigos y amigas me enfermaban de vez en cuando. ¿Por qué las chicas podemos ser tan crueles y tan perras? ¿Por qué será que me dan tantas ganas de quemar o aventar mi ropa como si nada y empezar de cero? ¿Por qué siento como si no estuviese aquí? 
Cómo describir esa extraña sensación de querer ir… muy lejos a un lugar pero no permanecer ahí por mucho tiempo. Ese deseo de querer encajar en algún lugar donde no tienes motivo alguno para estar ahí. No encuentro palabras para decir que quisiera salir corriendo en un día lluvioso y sentir la lluvia en mi cabeza sin recordar aquellos días sombríos de mi vida. No me importa a donde ir con tal de huir. Quizás sea tiempo de empezar algo nuevo
De pronto escuché que alguien abrió la puerta de mi cuarto. 
-Grace ¿Cómo te fue en tu entrevista?- sonrió –volviste mucho antes de lo que esperaba- dijo mi hermano con confusión. 
-No tuve ninguna entrevista- suspiré profundamente –no quise hacerla…- comenté yo.
-Creí que te había ido casi tan genial como anoc…- interrumpí a mi hermanito con tanta rapidez, furia y de la manera más alterada posible.
–NO QUIERES TERMINAR ESA ORACIÓN- dije gritando. 
-Hey, hey, hey CÁLMATE, acabo de llegar, llegué a casa y tuve que llevar a papá al hospital porque estaba inconsciente en la sala, al parecer ya todo está bien, por cierto tú solita te delatas ¿Creíste que preguntaría por Ian? Pues NO. Aun así es bueno saber que iré a golpearlo después.- Erik sonrió y subió las escaleras. 
Yo lo seguí y le dije –No te entiendo ¿Por qué lo golpearías?- 
-Esto es muy incomodo y más porque eres mi hermanita, pero ya que… dime Grace ¿usó condón o no?- preguntó mi hermano en un tono muy serio. 
Esa pregunta logró paralizarme, sabía muy bien la respuesta. NO. No podía creer todo lo que estaba pasando. Había una sola pregunta en mi cabeza ¿Cómo es posible que todo mi mundo se venga abajo con tan solo un par de segundos? 
-Ve a tú cuarto, te prepararé chocolate caliente, galletas y compraré muchos clínex y kilos de helado- después Erik añadió –también reúne a tus amigas, no podrás hacer nada de esto sola- mi hermano sonrió y bajó las escaleras. 
Me fui a mi cuarto y llamé a May, Scarlett, Amber, Isabella y Emily. Desde luego que le avisé a mis amigas de siempre Marie y a Rose. Tuve que decirle a Zac que el y yo teníamos que hablar pronto. 
Finalmente llegó mi grupo de amigas. 
-No es por nada Grace pero ¿A qué se debe esta reunión?- preguntó Amber. 
Yo no podía evitarlo, el simple hecho de verlas ahí preocupadas me ponía más nerviosa. 
-Debe ser algo muy grande como para que no puedas decirlo así como así, te conozco bien- dijo Scarlett.
 -Me odiaran después de esto, bueno no sé cómo decírselos…- la realidad era que sentía un enorme temor de decirles a mis mejores amigas que necesitaba una prueba de embarazo, así que decidí decirles lo siguiente. –Es sólo que mi padre está en el hospital y me siento mal por eso- vil mentira hacia las personas que más quiero, mis amigas. 
-No te preocupes, ya verás que todo saldrá bien.- dijo Isabella. 
-En ese caso tengo que irme, necesito regresar a casa pronto.-comentó Amber. 
Mis amigas comenzaron a despedirse de mí, y se fueron una por una. Segundos después llamé a Zac para avisarle que tenía que verlo urgentemente, el accedió a mi petición y poco después salí como rayo a su casa. 
Ahí estaba yo, frente a su puerta, demasiado nerviosa y paralizada para ser verdad, toque la puerta con inseguridad; no tardó mucho para que me dejaran pasar, subí las escaleras y fui al cuarto de Zac, cuando entré no me sorprendió ver que estaba sacando una canción a oído Girl I Know – Avenged Sevenfold, lo cual no me hacía sentir mejor. 
-Zac, tengo miedo- dije yo mirando al vacío
-¿Por qué pequeña Grace?- preguntó el en un tono aniñado. 
Le di un resumen a Zac de todo lo que pasó aquella noche. 
-Y ahora no se si estoy embazada- comenté yo muy avergonzada. 
-Vámonos YA- dijo Zac apresurado. 
-¿A dónde vamos?- pregunté yo. 
-A un hospital- respondió Zac. 
-¡ESTÚPIDO NO PIENSO ABORTAR!- grité yo. 
-Era broma… ven vamos a una farmacia que esta algo apartada de la sociedad- Zac cogió sus llaves, me abrió la puerta y nos fuimos. 
La ansiedad de llegar a la farmacia crecía cada segundo, cuando finalmente llegamos decidimos comprar 5 pruebas de embarazo. Salimos de la farmacia como si nada, pero para mi desgracia me topé con Audrey. 
-Grace, vaya sorpresa… ¿Qué haces saliendo de la farmacia?- dijo Audrey con toda la falsedad del universo. 
-Audrey no queremos problemas así que tú a lo tuyo. ADIÓS- comentó Zac. 
Él tomó mi mano y caminamos hacia el estacionamiento, en ese instante sentí que mi mundo se destrozó pues Audrey intentó quitarme la bolsa, logrando así que se partiera en 2 y las pruebas de embarazo cayeran al suelo. 
-Vaya, vaya, vaya al parecer tenemos a una premiada. ¡HA! Que trágico, esperemos que Ian siga ahí…- dijo Audrey. 
-No entiendo ¿a qué te refieres?- pregunté yo. 
-Sabes que Ian no es la persona más comprometida del mundo, no me sorprendería de que te dejara lidiar con tu propio peso- respondió ella. 
-No llames a mi bebé peso, pase lo que pase sé que cuento con él- contesté furiosa. 
-O eso crees tú, eres patética, lástima que todo lo que ha hecho contigo lo hizo conmigo- comentó Audrey. 
No podía creer eso, por alguna razón creía que era verdad pero por otro lado era Audrey la que me estaba diciendo esto. 
-No digas nada, ahórratelo para Ian si es que te atreves- dijo Audrey burlonamente. 
-Eres una perra- susurré yo. 
La furia que sentía comenzó a extinguirse como cuando soplas una vela y se transformó en miedo a perder, miedo a perderlo, la verdad es que no sabía como combatir sus palabras, cualquier intento de defenderme era inútil. 
-¿Se te corto la voz? Creí que darías algo más de ti, ahhh pero claro cuando estás por tu cuenta eres débil, admítelo después de esto estarás sola…- 
Audrey siguió hablando y sus palabras eran navajas afiladas que se lanzaban brutalmente a mi ser, por primera vez en muchos años comencé a llorar, sentí una enorme impotencia pues logré que me hiciera sentir mal, al momento que se percato de mis lágrimas ella solo sonrió malévolamente y se fue. 
-Que tonta eres Grace- dijo Zac frustrado. 
-Tú no hiciste nada por defenderme- contesté yo. 
El cielo comenzó a nublarse y se escuchaban truenos a lo lejos. 
-No tenía porque hacerlo, ella miente y la verdad no entiendo como es que puedes creerte sus palabras, te tiene envidia y punto.- hizo una pausa para respirar hondo y luego añadió –deberíamos irnos antes de que empiece a llover…- 
En mi intento por salir corriendo Zac tomó mi brazo y me cargó hacia el auto en su hombro, nos mojamos ya que comenzó a llover un par de minutos antes de que llegáramos al auto. 
-¿Cómo sabías que iba a…?- el me interrumpió. 
-Olvidas que te conozco de hace unos 5 años, te conozco y se que te encanta huir de las cosas que no puedes manejar en el momento, dame un tiro si me equivoco- Zac re rió y golpeo mi hombro. 
-Es cierto y quiero cambiar eso, la solución siempre es afrontar la situación por mas difícil o compleja que parezca, siempre hay una manera.- dije yo. 
-Así se dice Grace, bueno ¿harás la prueba de embarazo en mi casa o en la tuya?- preguntó incómodamente. 
-Mejor en mi casa, no quiero que tu madre me odie o algo así, digo soy tu mejor amiga y no sé que diga cuando sepa que no soy virgen… no creo que sea algo muy agradable.- respondí yo.
 -Bueno, sólo prométeme una cosa- dijo él. 
-Depende- sonreí y lo vi a los ojos.
-Tienes que decirle a Ian…- dijo Zac. 
-Ni hablar, no pienso decirle, ¿estás loco o que?- dije muy alterada. 
-Grace esto no se trata solo de ti, sino de Ian y tú, estamos hablando de su hijo.- él dio un gran suspiro y se estacionó frente a mi casa. 
-No pienso decirle nada, no estoy lista, o al menos no hoy, lo haré cuando pueda…- comenté yo. 
-Puedes hacerlo antes de que sea tarde Grace.- dijo Zac respirando profundamente. 
-Zac, no le dirás nada o ¿sí?- supuse que su respuesta sería la siguiente… 
-Quizás yo no lo haga pero Audrey si- 
-Está bien lo haré… ahora mejor entremos rápido, no quiero mojarme más.- 
Entramos a la casa subimos a mi cuarto y hubo un silencio muerto, vi el rostro de Zac. Yo hice planes para el futuro pero nunca planee nada así, lo peor que podría pasar sería que perdiera mis sueños de ser la mejor cantante y todo por tener un bebé. No sabía qué hacer, Zac y yo leímos las instrucciones para hacer la prueba de embarazo, él me espero en mi habitación mientras yo resolvía “eso”
Esto parecía una pesadilla las primeras 2 habían salido positivas, quería morir o dormirme y despertar pensando que todo era un mal sueño. 
Luego salieron otras 2 negativas, todo parecía un mal juego de póker que podría arreglarse con la siguiente carta del mazo fuera la indicada. No resistí la presión así que comencé a llorar y Zac entró a verificar que todo estuviese bien. 
-No vas a resolver nada con esas lágrimas, tienes que mantenerte cuerda y pase lo que pase tendrás que volver a empezar.- dijo Zac muy calmado. 
-No me siento lista para esto, no quiero que me lo tomes a mal pero preferiría que Ian estuviera conmigo en este momento.- dije yo con la voz algo cortada. 
-Sabía qué harías lo correcto Grace, que esperas ¡VAMONOS!- dijo Zac apresurado. 
Lo último que recuerdo fue que Zac y yo salimos apresuradamente para ir directo a casa de Ian, mientras él conducía habían tantas cosas que pasaban por mi mente. Desde que tomé aquella decisión sabía que decirle todo lo que estaba sucediendo a Ian no sería cosa fácil considerando que al momento de las palabras soy un asco. 
Mi corazón comenzó a palpitar como nunca, habíamos llegado a mi destino, Zac dijo que me esperaría allá afuera, caminé hacia la puerta de Ian, al momento que yo iba a tocar el timbre noté que mi mano estaba temblorosa por los nervios. Tome un respiro profundo, sentí un hueco… no era algo que se siente normalmente en situaciones así o cuando estas angustiado, NO, si no que de alguna manera me entró un mal presentimiento. Antes de que yo lograra tocar el timbre Ian abrió la puerta. 
Me sentía tan nerviosa que no sabía que hacer así que le sonreí, para mi sorpresa él no se veía tan feliz de verme. Lo siguiente que pasó hizo que me congelara por completo. 
Detrás de mi novio estaba ella. Ella me vio y se rió de mi sarcásticamente al igual que como con sus otras víctimas. Yo conocía esa risa lógicamente, es decir, después de haber sido la mejor amiga de Audrey aprendes muchas cosas sobre maldad y pensar que yo solía ser así e incluso aun PEOR
-Ian fue un gusto haber pasado este tiempo de calidad contigo, sabes que tienes todo mi apoyo y puedes confiar en mí, no como en OTRAS.- comentó Audrey haciendo énfasis en esa palabra. 
-Te lo agradezco Audrey, hablamos luego.- dijo Ian muy serio. 
Audrey me susurró lo siguiente: “Hagas lo que hagas voy a estar ahí para destruirte como tú lo hiciste conmigo, él no te amará después de esto.” 
Sus palabras eran tan frías, seguía ahí parada sin hacer nada en absoluto, mis ganas de llorar crecían por cada latido, cuando Audrey se fue Ian casi me cierra la puerta en la cara de no ser porque logré entrar antes de que sucediera. 
Ian no quería ni voltear a verme, me acerqué a él tratando de buscar su mirada pero él se alejaba de mí, sentir su rechazo destrozaba mi corazón, era algo tan doloroso que ni sabía cómo explicarlo, mi miedo a perderlo era inmenso, pensé en algo coherente que podía decirle a Ian pero gracias a mi pánico dije lo siguiente. 
-Ian escúchame, por favor.- dije yo. 
-¿Qué es lo que quieres? Grace, yo confiaba en ti, sin secretos ¿recuerdas?- dijo Ian muy frustrado. 
-Tu no me entiendes, dime qué sientes, créeme yo no quería que esto pasara pero…- fue cuando me interrumpió, vi la furia en su rostro y no podía comprender lo que estaba pasando ¿acaso este sería el final y estaría destinada a tener un hijo? 
-Pero pasó Grace, eres una mentirosa, te creí diferente a las demás, pensé que eras distinta y que podía confiar en ti, ya veo que me equivoque.- cada palabra que Ian decía era un martirio más en mi pecho, no aguantaba toda mi desesperación, no entendía su necedad a escucharme, seguramente Audrey le había lavado el cerebro o algo por el estilo. 
-¿Qué si yo miento? Sabes perfectamente que jamás te haría daño…- las siguientes palabras destrozaron mi corazón. 
-¿Qué si no quieres hacerme daño? Déjame decirte que me lo estas haciendo, lo esperaba de cualquiera menos de ti, no sólo me engañaste a mi sino a todos, créeme que no te deseo el mal porque te amo pero tu castigo será vivir con la desgracia, hasta aquí voy a aguantar, terminamos.-yo sabía perfectamente que Ian lo dijo con un enorme nudo en la garganta.
No resistí más de 3 segundos así que me puse a llorar como una niña pequeña, me arme de valor para hablarle a Ian y dije: 
-¿Y es que acaso mis lagrimas ya no importan? Te juro que quería decírtelo, por eso vine aquí pero Audrey se me adelanto, no quería que te enteraras así y mucho menos que me dejaras ¿sabes qué es lo más triste?- pregunté yo mientras secaba mis lagrimas. 
-¿Qué me engañaste con Zac? ¿Qué nadie sabia de ustedes? ¿Qué no me amas?- al momento que Ian termino de hacerme preguntas analicé cada una de sus palabras y no podía creer lo que las mentiras de esa perra habían ocasionado. 
-No, lo más triste es que decidiste confiar en Audrey antes que en mi, ni si quiera me dejaste explicarte las cosas, jamás te engañé de ninguna manera Ian… lo que pasa es que… mmm bueno… es que…- me congelé, una vez más no tenia ni la menor idea de como decirle que probablemente estoy embarazada. 
-Grace, no empieces a poner excusas ¿quieres? Solo lárgate de aquí, por favor, deja de mentir…- fue entonces cuando lo interrumpí. 
-ERES UN IMBÉCIL DE LO PEOR, NO TE ENGAÑO CON ZAC NI CON NADIE, ERES EL ÚNICO EN MI VIDA, TE AMO PERO SI NO VAS A ESCUCHARME TE PUEDES IR DIRECTO A LA MIERDA, ANOCHE NO USASTE CONDÓN FUI A COMPRAR UNA PRUEBA DE EMBARAZO CON ZAC PORQUE TENÍA MIEDO DE QUEDAR EMBARAZADA PERO LA ZORRA DE AUDREY NOS VIO SALIR DE AHÍ JUNTOS Y VIO LAS JODIDAS PRUEBAS DE EMBARAZO, ME DIJO TANTAS COSAS HORRIBLES QUE NO QUERÍA QUE SE HICIERAN REALIDAD PERO MIRA ESTO, ME DEJASTE…- habría continuado gritándole cosas a Ian, por mi enorme frustración, sólo que él me besó para callarme. 
-Grace no digas nada más, lo lamento, soy un idiota, debí saber que Audrey mentía, es sólo que…- una vez más lo interrumpí. 
-Es sólo que no confías en mí, no quisiste escucharme por creer las tonterías de Audrey y terminaste conmigo.- dije yo algo molesta. 
-Me arrepiento, quiero volver Grace- respiró hondo –soy un estúpido por dejarme llevar por Audrey, te amo.- comentó Ian. 
-No lo se Ian, esto es muy complicado para mí, no quería que nada de esto pasara…- respiré muy profundo para relajarme un poco –lo mejor es que me vaya de aquí.- caminé hacia la puerta, me sentía tan derrotada, lo único que podía pensar es que probablemente sería una madre soltera
Fue entonces cuando mi tiempo se detuvo pensando en lo que vendría después, para mi sorpresa Ian me tomó del brazo y me besó intensamente. 
-Creo que ya sabes lo que estoy apunto de decirte…- dijo Ian sonriendo. 
-Grace soy un idiota por creerle a perras hociconas sin chiste, perdón por no haberte escuchado, por gritarte, espero que algún día logres perdonarme por ser un imbécil, me odio a mi mismo por lastimarte, no me lo perdonaré jamás… y supongo que es todo lo que se me ocurre por ahora.- dije yo algo furiosa. 
-Se te olvido lo más importante Grace…- comentó él. 
-¿Qué cosa?- pregunté yo algo sorprendida. 
-Se te olvido que te amo por encima de todo aunque a veces lo dudes- fue ahí cuando Ian intentó besarme. 
-¿Sigues siendo mi tonto?- suspiré con tristeza –digo terminaste conmigo hace un par de minutos…- 
-Olvidemos eso, seguiré siendo tu tonto Grace, lamento haber sido tan horrible…- Ian me besó con ternura. 
-Ahora cuéntame lo que paso con más calma- añadió Ian. 
Le conté a Ian todo lo que había pasado desde que me desperté hasta cuando llegué a su casa, él me comprendió por completo, en parte es bueno que tenga una idea de como es mi comportamiento aunque puede que se equivoque la mayoría del tiempo, créanme que nunca he usado todo mi potencial… así que nunca sabré que tan lejos podré llegar hasta que lo intente. 
-Ian tengo mucho miedo- suspiré con temor –no quiero perderte.- dije yo. 
-No vas a perderme, si algo pasa quiero que seas la madre de mis hijos.- Ian sonrió y me dio un beso en la frente. 
-No sé como lo haces, pero me encantas…- me sonrojé mucho, sonreí y luego añadí lo siguiente –bueno Ian vamos arriba a terminar con esto de una vez por todas.- 
Cuando empecé a subir las escaleras, Ian me cargó como princesa. -Si princesa- Ian me sonrió. 
-Que lindo eres- esas fueron las ultimas 3 palabras que salieron de mi boca. Ian me observó entrar al baño de su cuarto. Yo simplemente hice lo que tenía que hacer, mientras yo estaba ahí adentro Ian comenzó a hablarme para hacer esto menos incomodo, yo sólo me reía con inconformidad y por nervios. 
-Grace… antes de que veas los resultados, déjame verlos primero.- dijo Ian muy serio. 
Ian sostuvo la prueba de embarazo en sus manos, sentí un gran alivio al ver su sonrisa de satisfacción, la prueba resultó ser negativa y al parecer  fue sólo una alerta de embarazo. No pude aguantar toda mi emoción así que literalmente me lancé encima de Ian, no nos caímos sino que el me cargó y nos besamos. 
-No tienes idea de que tan feliz estoy, no quería terminar embarazada a esta edad- me solté a carcajadas, seguía extremadamente feliz. 
-Bueno, esto en verdad fue un alivio, ¿sabes algo Grace?-preguntó Ian. 
-¿Qué cosa Ian?- pregunté yo. 
-Te prefiero cuando estás riéndote así- Ian me sonrió y me dio un beso en la frente. 
-No se como le haces pero me encantas- dije yo algo sonrojada. 
-Bueno Grace, se hace tarde y no quisiera que tu padre te regañe por no llegar a tiempo así que te llevaré a casa- Ian me tomó de la mano, me abrió la puerta y salimos juntos. 
-Supongo que regresarán caminando juntos- Zac sonrió –en ese caso me iré a algún lugar, nos vemos y por cierto Ian, cuida bien a mi mejor amiga o te mueres- comentó Zac. 
-No te preocupes Zac, a la próxima usaré condón- Ian se río y se despidió de Zac a lo lejos, como signo de que fue una broma. 
-Hijo de…- Zac volteó a verme y no terminó su frase –Sólo porque Grace te ama y esta aquí presente no diré nada.- 
-Gracias querido mejor amigo, eres un amor- dije yo con un poco de sarcasmo en mi voz. 
-No hay de que, te amo Grace- Zac se despidió de los 2 y se fue. 
-Ahora si estamos solos… acompáñame- Ian me tomó de la mano y me sonrió. 
Ian me llevó a un parque cercano a mi casa, comenzamos a jugar como 2 niños pequeños que no temían por un mañana y soñaban por un futuro. Entonces nos trepamos a un árbol para contemplar las estrellas. De alguna manera fue un día que recordaré y no sólo por mi promesa de un diciembre inolvidable sino porque me di cuenta que Ian en verdad me ama. Regresé a casa junto con Ian; mi padre no estaba así que Ian pasó la noche conmigo abrazándome, no hubo nada más sólo se quedó dormido conmigo. 
Así es como concluyó el segundo día de mi diciembre… Diciembre 2.